Las
mujeres nos preocupamos mucho por
nuestro aspecto físico y sobre todo por el peso corporal. Tendemos, para ello, a
seguir todo tipo de dietas. Sin embargo y desde mi punto de vista, la clave
está en los hábitos: en el modo de cocinar y de alimentarnos.
Una
diferencia importante entre la mujer y el hombre tiene que ver con la
influencia de las hormonas, las cuales crean una realidad perceptiva femenina
diferente a la masculina. Esta lleva a la mujer a relacionarse con las personas
y con el mundo desde otro lugar, quizás más emocional. Es fácil para nosotras
gestionar las emociones, desbordarnos
con ellas, llorar con facilidad… en fin, ¡qué contaros que no sepamos todas! En
la sociedad actual, el reto es aprovechar nuestras habilidades emocionales para
lograr construir un liderazgo que respete al hombre.
Por otro lado, cuando decidimos ser madres y nos quedamos embarazadas, sentimos que todo es nuevo, nos surgen cuestiones que ni imaginábamos: cambios físicos, emocionales y mentales. Los antojos, las necesidades nutricionales, el parto, la lactancia, etc. generan incertidumbres, expectativas y miedos. A través de procesos de inteligencia emocional, en los que te ayudaré a auto-conocerte, podrás superar esos miedos y ansiedades, enfocando esta maravillosa experiencia vital con optimismo. No olvides que “tener un hijo” sólo se puede (y debe) disfrutar.
Los talleres de cocina para mujeres son en realidad una excusa para aprender sobre nosotras mismas y sobre qué necesidades nutricionales tenemos en cada fase vital. Aportaremos amor a nuestra persona y confianza en lo que vivimos, aprendiendo a cocinar platos exquisitos.
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